Una colección de fragancias recorre vida y obra del diseñador francés. Un homenaje del perfumista François Demachy al creador del New look.
Imposible caminar por la Rue St Honoré, en París, sin detenerse en la vitrina de Dior beauté. Pétalos vuelan –literalmente– por el escaparate. Detrás, una de las colecciones más lujosas de la perfumería mundial. Esa que sólo se vende en las principales boutiques del mundo y en algunos aeropuertos como Dubai, Londres y Nueva York.
Collection Privée Chistian Dior es un homenaje a la carrera del diseñador. Un viaje por su vida a través de aromas y sensaciones que evocan distintos hitos en la historia de la marca.
Son doce frascos, y el número no es caprichoso: un día 12 (de febrero, 1947) Dior presentó en esta misma ciudad su primera colección de alta costura, y cambió para siempre la industria de la moda. Fue en la Maison de la Avenida Montaigne y todo el lugar estaba perfumado con aroma a flores frescas, una de las grandes pasiones del modisto.
Todos estos detalles son los que dan vida a la colección ideada por el perfumista François Demachy. Gran Ville, por ejemplo, recuerda el lugar de nacimiento de Dior. Es una fragancia muy aromática y picante. Cologne Royal tiene muchas frutas de Italia, es fresca y tónica y su ingrediente estrella es la bergamota de Calabria. Bois D’Argent es el más conocido y el más vendido de la colección. Existía antes de 2010 como colonia y luego se hizo un gran trabajo para transformarlo en eau de perfum. Tiene iris, y eso lo hace muy exclusivo. Granville es el perfume que rinde homenaje a la casa que vio nacer y crecer a Christian Dior. Es el ultrafemenino de esta colección privada.
New look, claramente, evoca el primer desfile del modisto. Ese que cambió para siempre la forma de vestir de las mujeres de Francia, primero, y del mundo entero, después. Tiene Ylang ylang, corazón de tuberosa —una flor animal— y frutos rojos.
Gris montaigne se lanzó en 2013 y es un chipre con mucha frescura. En el corazón tiene jazmín y rosa, y en el fondo tiene musgo. Su nombre se debe a la primera boutique de Dior y Gris porque era uno de sus colores favoritos.
Todos son unisex, aunque algunos tienen notas más femeninas, como el jazmín, y otros masculinas, como el Leather oud, que al olerlo recuerda a los maletines y bolsos de cuero.
En conjunto, suman doce fragancias. O doce historias. Y aunque no se venden en Chile —sí en Sao Pablo— vale la pena el viaje para sumergirse en este universo de aromas, sensaciones y anécdotas que van de la mano con la alta costura.
Miss Dior Blooming Bouquet, el último éxito de la maison ocupa también un lugar privilegiado en la tienda de St Honoré, y a él se deben los pétalos que vuelan por la vitrina. Angélique de Almeida, una elegante portuguesa que vive en París, es la responsable de ayudar a los clientes a elegir su perfume ideal. Para ello, se basa en una serie de preguntas macro: qué perfumes ha usado últimamente, si cambia de fragancia según la estación del año o el estado de ánimo, si prefiere aromas fuertes o más etéreos (como colonias) y, finalmente dónde vive. “El clima juega un papel destacado en la elección, porque donde hace mucho frío los perfumes intensos tienen más cabida. En cambio en países de clima cálido las personas prefieren aromas menos concentrados”, explica. Otro punto importante a tener en cuenta es la personalidad: “Las mujeres que trabajan con muchos hombres, o que se definen como tímidas, buscan perfumes fuertes que les den seguridad, como el pachulí”.
En cualquier caso, Angélique da dos buenos tips para no equivocarse en la elección. Primero, probar los distintos aromas sin saber el nombre del perfume, para no ‘contaminar’ la elección. “Ojalá con los ojos cerrados, o tapando el frasco”, dice. Segundo, oler granos de café entre un perfume y otro, porque así se neutralizan los olores y se evita cualquier confusión o mezcla”.
Publicado en Revista Caras.
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